Crónica partido 6ª jornada liguera de la Primera Andaluza de Córdoba. Temporada 2022/2023.
Tercera derrota casera de los locales que volvieron a regalar la primera mitad.
VILLA DEL RÍO C.F. 3 RECREATIVO BELMEZANO 4
Villa del Río- Corona, Soto, Madueño, Rafa Llamas, Cris, David Carmona, Marcos, Tena, Javi Guerrero, Dario y Juampe. También jugaron: Dudu, Edu Carriel, Juan Diego, Hugo, Valera, Álvaro y Luís Elena.
Belmezano- Barroso, Sergio, Alejandro, Pinilla, Luís, Juli, Sancho, Pedrajas, Martínez, Cristóbal y Alameda. También jugaron: Jube, Álvaro Gómez, Jesús, Álvaro Andrés y Mariano.
Árbitro- Víctor Uceda Alcaide. Estuvo asistido en las bandas por García Espejo y Fuentes Luque. Amonestó a los locales Javi Guerrero, Juampe y Marcos y a los visitantes Juli, Pedrajas, Cristóbal y Barroso. Expulsó con tarjeta roja directa al local Corona (min.55) y a su entrenador Miguel Ángel Morales (min. 43). Y por acumulación de tarjetas amarillas al también local Hugo (min. 93).
Goles- 0-1 (min. 9) Luís 0-2 (min. 24) Luís 1-2 (min. 50) Darío 1-3 (min. 57) Pinilla 1-4 (min. 64) Martínez 2-4 (min. 74) Madueño 3-4 (min. 92) Luís Elena de penalti.
Incidencias- Unos trescientos espectadores, se dieron cita en los graderíos del Polideportivo Municipal, en una mañana soleada y calurosa. La disputa del clásico del fútbol nacional en la tarde dominical, motivó el innovador horario matutino de inicio del partido.
Comentario- Francisco J. García.
Tercera aparición en casa y tercera derrota. No le faltaba razón al aficionado que comparaba al Villa del Río C.F. con los buenos padres de familia, aquellos que se dejan en casa, todo lo que ganan fuera. Y es que los villarrenses continúan nulos en productividad como locales. Sus comparecencias se han saldado, todas, con derrota.
Alameda se echa al suelo para cortar el avance de Dudu.
En este partido habría muchas cosas que analizar, tantas como adversidades se le presentaron a los rojillos. Algunas esperadas, como el buen nivel ofrecido por un Recreativo Belmezano, que arrancó la cita consciente que iba a tener la máxima exigencia. Así, el equipo que entrena Neftalí Suescum estuvo muy intenso y concentrado desde el inicio, arrebatándole el balón a su rival y obligándolo a jugar en su propio campo. No es de extrañar por tanto, que antes de la media hora de juego, los blanquiazules llevaran una cómoda renta de dos goles en el marcador.
Pero lo absolutamente inesperado fue la pésima imagen de los locales en el primer periodo, donde el equipo jugó a un ritmo cansino, sin intensidad, perdido en mil toques en su propio campo que no llevan a nada, con un juego previsible sin velocidad y por tanto fácil de defender. Encima la falta de intensidad defensiva, hace que a los nueve minutos, Luís marcara desde la frontal del área con un disparo más colocado que potente, donde nadie supo tapar el remate, ni desde la portería se supo reaccionar, tampoco. Y sin apenas tiempo, para reaccionar del mazazo encajado, llegaría el segundo gol visitante. Juli se pasea “como Pedro por su casa” por toda la frontal del área local y asiste a Luís, que se saca un chut fuerte y colocado, al que Corona no responde. Y pudo ser peor, ya que en el minuto cuarenta, ésta vez sí, Corona estuvo acertado y sacó abajo un remate de Pinilla que iba para adentro.
Sancho, en tareas defensivas, frena la subida de Soto.
El conjunto de Belmez jugaba muy cómodo y apenas pasaban apuros. De hecho no se produjo ningún disparo sobre la portería de Barroso, en este primer acto.
Pero en el epílogo de esta parte, otra adversidad inesperada se puso en contra de los intereses villarrenses. Uceda Alcaide, que hasta el momento había tenido un discutido arbitraje, sobre todo por la disparidad de criterios con uno y otro equipo, a la hora de mostrar las cartulinas amarillas, no señaló un clamoroso penalti sobre Juanpe. El derribo fue clarísimo, ya que el defensor, en la inercia de la jugada, barre la pierna de apoyo del atacante local. Pero el árbitro que estaba bien situado, sin que nadie le tapara la prefecta visión de la jugada, sorprendentemente deja seguir el juego. Esa jugada acaba con la expulsión de Miguel Ángel Morales, suponemos que más por la forma de su protesta, levantando las manos, que por su protesta en sí. Pero el asistente García Espejo consideró desorbitada la misma y avisó a su compañero.
Uceda Alcaide y sus asistentes, posan al inicio del partido.
Así que con los ánimos bien calentitos tanto en el graderío como en el vestuario, se dio paso a un segundo acto, en el que los locales se dieron cuenta, que jugando así, ni iban a ningún sitio. Por lo que cambia por completo la decoración ya que empiezan a apretar y a mover el balón con mayor celeridad. Tácticamente dan un par de pasos hacia adelante e intentan acosar a un rival, que tiene que replegarse. El primer aviso vendría tras un remate de cabeza de Madueño, al que Barroso respondió con acierto en dos tiempos, tras un saque de falta de Juampe. A la segunda, hubo más fortuna y en otra jugada a balón parado, servida por Juampe, entre Darío y un defensor terminan por alojar el balón en el fondo de la portería.
El partido toma otra dinámica completamente diferente, el gol relanza las ilusiones de los locales que en las botas de Dudu y Juanpe disponen de ocasiones para empatar. Por parte visitante, Sancho tuvo el gol en sus botas, pero la salida del meta local desbarató la acción.
Juampe trata de escapar de la marca de Pedrajas.
Pero todo se viene abajo en apenas dos minutos. Primero con la justa expulsión de Corona, por tocar un balón con la mano fuera de su área. El Villa del Río se quedaba con diez sobre el campo y con el debutante, el chaval Juan Diego, bajo palos. La falta botada por Pinilla acaba con el balón en la red, tras abrirse los jugadores de la barrera y dejar una autopista para que el balón llegue a la red.
Y mientras los rojillos trataban de levantarse tras el duro varapalo recibido, el visitante Martínez agarraba un remate lejano y batía a un Juan Diego, que pudo hacer algo más en dicha acción. Poco más de veinticinco minutos por delante, con tres goles abajo y en inferioridad numérica, el horizonte se presentaba sombrío para un Villa del Río que trató de tirar de orgullo. Y eso que Álvaro Hernández, segundo de Morales, optó por refrescar el equipo e ir dando entrada a todos los jugadores de su banquillo.
Alejandro retrasa el balón ante la presión de David Carmona.
La insistencia local encuentra su premio con un remate de cabeza parabólico de Madueño que terminó alojando el balón por la escuadra de la portería de Barroso. Se apretaba el marcador y otra acción para la polémica, encendió los ánimos del respetable. En un lío en el área visitante, los locales piden con insistencia la pena máxima, al entender que el balón impacta en el brazo de un defensor. Pero Uceda Alcaide, tampoco vio punibilidad en la acción y lo saldó todo con una tarjeta amarilla a Juanpe.
Lejos de bajar los brazos ante tanta adversidad, el Villa del Río C.F. siguió apretando. Luís Elena (min. 86) tuvo el gol en sus botas con un disparo desde la frontal, pero Barroso atento, intervino con acierto.
El tiempo añadido por el colegiado sirvió primero para que los locales ajustaran al máximo el marcador, tras sancionar el colegiado, ésta vez sí, como penalti, un derribo de Alameda a Dudu, que Luís Elena se encargó de transformar en gol.
En la búsqueda de la épica, los locales se quedaron con nueve sobre el campo, tras recibir Hugo una merecida segunda amarilla por derribar a Jube. Entre la expulsión y una tangana posterior, ya no se jugaría prácticamente nada y el pitido final, le otorgó el triunfo y los tres puntos a un Recreativo Belmezano que encadena su cuarta victoria consecutiva.
Marcos juega con el balón para intentar escapar de Martínez.
Mientras tanto en el seno del Villa del Río C.F. la indignación por el arbitraje sufrido y el reconocimiento del nefasto primer periodo realizado, dejaban semblantes cariacontecidos.
La próxima jornada, los del Alto Guadiato, recibirán en su estadio Juan Cortés Mora a la A.D.F.B. Bujalance mientras que los villarrenses, muy mermados por las bajas por sanción federativa, viajarán hasta Castro del Río, para enfrentarse al titular de la localidad.