lunes, 27 de mayo de 2024

El Villa del Río F.S. se proclama campeón de la Copa Diputación.

FÚTBOL-SALA: Crónica del partido de vuelta de la semifinal de la Copa Diputación de la Segunda Andaluza Senior de Córdoba. Temporada 2023/2024.

 

El Apaga y Vámonos vencía por un gol a tres, en el tiempo de descanso.

 

 


La explosión de júbilo fue tremenda tras recibir el trofeo de campeón. 


VILLA DEL RÍO F.S.  6  APAGA Y VÁMONOS C.D.  3 


Villa del Río- Iván Marín, Flores, Ávila, Paco Camargo y Johnny. También jugaron: Pedro Torralba (p.s.), Pelusa, Pablo, David Rivilla, Zapa, Tolillo y Cubero.

Apaga y Vámonos- Javier Córdoba, Marañón, Tamajón, Fernando y Cubero. También jugaron: Jesús Luna (p.s.), Tetur, Isaac, Polo y Víctor.

Árbitros- José Carlos Malagón Leña y Candela Aguayo Pérez. Estuvieron asistidos en la mesa por Pablo Ortiz Cobacho. Amonestaron al local Tolillo y a los visitantes Tetur, Isaac y Polo.

Goles- 1-0 (min. 2) Paco Camargo  1-1 (min. 10) Fernando  1-2 (min. 19) Polo  1-3 (min. 19) Polo  2-3 (min. 21) Pelusa  3-3 (min. 22) Ávila  4-3 (min. 25) Paco Camargo  5-3 (min. 26) Zapa  6-3 (min. 30) Paco Camargo.

Incidencias- Lleno absoluto en el Pabellón Municipal Matías Prats de Villa del Río, con los graderíos y los pasillos absolutamente colapsados. Así que una cifra cercana al millar de espectadores, entre ellos un centenar de aficionados llegados desde Doña Mencía, asistieron al partido. La charanga "La Penúltima", con sus sones, volvió a poner música ambiental al partido.

A la conclusión del mismo, el Presidente Delegado de la F.A.F. en Córdoba, Martín Torralbo Luque junto con el alcalde de Villa del Río, Jesús Morales Molina, hicieron entrega de los trofeos conmemorativos de subcampeón y campeón respectivamente.

 

 

Comentario - Francisco J. García

Fotos- Andrés Gaitán Fotografía

 

Punto final a una temporada de ensueño. En su segundo año de vida, tras su refundación, el Villa del Río F.S. ha hecho historia tras hacerse con el doblete, campeón de liga y copa, en el fútbol sala senior de la provincia de Córdoba.

El título liguero llegó hace ya varias semanas tras ser el claro dominador en una competición en la que sus dos únicas derrotas llegaron, tras haber entonado el ansiado alirón. Pero quedaba la asignatura pendiente, la Copa Diputación. Aquel título que se les escapó de las manos la pasada temporada, en aquella final de Carcabuey, en una fatídica tanda de penaltis, donde llegaron incluso a disponer de un lanzamiento para adjudicarse tan preciado galardón. Pero entonces no pudo ser, aunque recibieron el cariño y el reconocimiento del centenar y medio de aficionados rojillos que se desplazaron a tierras de la Subbética cordobesa.


La afición ha sido un pilar fundamental en los éxitos logrados por el equipo.


En esta oportunidad, partían como claros favoritos, primero porque su superioridad ante el resto de rivales, en el presente ejercicio, había quedado claramente manifiesta y segundo, porque ejercían de anfitriones en la gran final. En su renovado pabellón y ante su público, parecía casi imposible, que el Villa del Río F.S. dejará escapar su deseado trofeo.

Pero enfrente estaba otro gran equipo, curiosamente su más directo rival en la competición liguera y que quedó tan solo un escalón por debajo en la clasificación final de la misma. El Apaga y Vámonos C.D. de Doña Mencía se presentó a la cita consciente que tenía mucho que ganar y muy poco que perder. Arropados por un centenar de valientes aficionados que hicieron en autobús y numerosos coches particulares, los ochenta kilómetros que separan ambas poblaciones, fueron un dignísimo rival. Un equipo que llegó a dejar helado momentáneamente, pese a la elevada temperatura ambiental, el Pabellón Matías Prats cuando en el descanso de la gran final, llevaban una cómoda renta a favor en el marcador de un gol a tres.

Paco Camargo intenta superar el acoso de dos contrarios.


Pero si algo engrandece a este deporte llamado fútbol sala, es la  impredecibilidad del mismo, donde todo cambia en apenas unos minutos y unos minutos son una eternidad.

El partido arranca con dos equipos muy enchufados y que demuestran su ambición, al ejercer una presión sobre el rival muy arriba, buscando robar el balón en zonas de peligro. Y sin apenas haber roto a sudar, los locales tomaron ventaja en el marcador, gracias a un punterazo de Paco Camargo, que sorprendió a Javier Córdoba junto a la base de su poste derecho.

La final parecía ponérsela de cara a los pupilos de Pedro Antonio Toribio, pero dicha superioridad en el marcador, distaba mucho de lo que se veía en la pista, donde los mencianos seguían a lo suyo, dando trazas de equipo grande ya que ni la tremenda presión ambiental ni la jerarquía del rival, parecían pasarles factura.

Fernando, en el minuto diez, iguala la contienda con un potente chut que supera a Iván Marín, la jugada vino precedida de un mal pase de los locales y el posterior robo de balón.

Las tablas en el marcador, afectan a la moral de los locales, que parecían acusar la presión. Su juego carecía de la intensidad y la precisión habituales y pese a los continuos relevos efectuados desde su banquillo, esa mejoría no llegaba.

Pablo Velasco intenta superar el marcaje del observado Cubero.


Mientras tanto el Apaga y Vámonos C.D. seguía a lo suyo, firmes en defensa, con buena circulación de balón y donde destacaba por cierto el joven Cubero. Un jugador en edad cadete o juvenil, nos queda esa duda, que no desentonaba lo más mínimo jugando con y contra seniors. No es de extrañar por tanto, que por el palco de autoridades hubiera más de un entrenador, con Lolo Vinos, preparador del filial del Córdoba Patrimonio de la Humanidad, en la Segunda División B del fútbol sala nacional.

Precisamente una escapada en velocidad de Cubero acaba con una perfecta asistencia para que su compañero Polo le diera la vuelta al marcador. Y sin apenas para digerir el golpe recibido, de nuevo Polo, con un derechazo centrado, en el que el balón pudo rozar en la pierna de Flores para despistar a Iván Marín, sitúa el uno a tres en el marcador a pocos segundos del descanso.

Saltaba la sorpresa en el recinto deportivo que lleva el nombre del mítico periodista villarrense y los mencianos estaban haciendo añicos el previsible argumento de la gran final.

Fran Ávila y Javier Córdoba en un mano a mano. El meta salió airoso.


Sin embargo, en el paso por vestuarios, la charla del técnico local Pedro Antonio Toribio, debió ser tan explícita como motivadora, ya que su equipo salta a la pista en el segundo periodo con un talante diametralmente opuesto.

Los veteranos comienzan a tirar del carro y tienen la suerte de encontrar un gol tempranero, que supone una enorme inyección de moral. Y es que a los veintitantos segundos de la reanudación, el carpeño Pelusa supera al recién entrado Jesús Luna.

El dos a tres despierta a la afición local, que apoyados en la música de la charanga, empieza a empujar a los suyos. Y al minuto siguiente, en una contra local, la definición de Ávila es perfecta y supera por el palo corto al meta rival. No se había llegado al minuto dos, de este segundo acto y los rojillos habían restablecido las tablas en el marcador.

Este cambio radical en el desarrollo del juego, provoca un enorme efecto psicológico en  ambos equipos. Los locales recuperan las sensaciones de siempre, mientras que los visitantes les asaltan las dudas.

El éxtasis llega al Pabellón Matías Prats con el cuarto gol local, obra de Paco Camargo, pero medio gol fue el robo, la conducción y la asistencia de Fernando Cubero.

Pedro Torralba abraza a Paco Camargo. Las paradas de uno y los goles del otro, decisivos.


El cambio de actitud de los locales estaba ejerciendo como el revulsivo deseado, pero hubo otro factor absolutamente determinante y no fue otro, que la presencia de Pedro Torralba en la portería local. El guardameta estuvo sensacional y echó el cierre a la meta local, terminando por aburrir a los jugadores contrarios que veían impotentes como con sus manos, con sus pies o con su cuerpo rechazaba todos los balones que iban directos a su portería.

Precisamente Pedro Torralba fue partícipe en el quinto gol local, ya que un efectivo y preciso saque de puerta en largo, sobre el desmarque de su compañero Zapa, permite al jugador de Lopera, superar con una preciosa vaselina la salida de Jesús Luna.

La celebración del jugador desencadenó la locura en la afición local, que ahora sí veía el título más cerca, aunque el problema es que quedaba un mundo, nada más y nada menos que catorce minutos de juego por delante.

Por lo que nadie se fiaba lo más mínimo, los mencianos seguían a lo suyo jugando con mucho criterio y finalizando las jugadas al más mínimo intento. Pero el meta local parecía tener un imán en sus manos y todos los balones eran rechazados. Ni desde lejos, ni desde cerca, ni por arriba, ni por abajo, había manera de hacer ese gol que revirtiera un tanto la situación.

Y buena prueba de ello, es que las rotaciones en los locales, impuestas desde su propio banquillo, ya fueron más reducidas en este segundo acto. Como si quisieran apoyar el peso de la final en sus jugadores más veteranos y expertos.

Y claro a la contra, con espacio por delante tras robo, los locales estaban como pez en el agua. Y para dinamitar cualquier atisbo de duda, Paco Camargo en el minuto treinta pone el set (6-3) en el marcador, que allana aún más el camino.

Pero, ni el clarificador marcador en contra, ni el inflexible avance del cronómetro, hacen que los mencianos bajen su ritmo competitivo. Y con poco menos de cinco minutos en juego, desde su banquillo se decide jugar con portero jugador. Aunque ni las ideas ni la movilidad ni la precisión en el pase, eran ya las precisas para superar a una defensa local que basculaba para cerrar tanto los posibles disparos, como las líneas de pase. Además, Pedro Torralba seguía en estado de gracia, rechazando cuantos balones llegaban a su marco.

El marcador ya no se movería más y pocos segundos antes del final, aparecieron los gritos de ¡campeones, campeones, oe, oe, oe!  en los graderíos del pabellón villarrense. El pitido final del marcador electrónico desató la euforia en los locales que celebraron con euforia el título. Mientras que los aficionados visitantes, reconocían y sabían premiar con una enorme ovación, el esfuerzo de sus jugadores.

Instantánea de la entrega de trofeos, con la presencia de las autoridades locales y federativas.

Foto: Facebook Ayuntamiento de Villa del Río.


La celebración se prolongó posteriormente con una rúa por las calles de la localidad, que terminó con la visita institucional al Ayuntamiento de Villa del Río, donde jugadores, cuerpo técnico y directivos, fueron recibidos por las autoridades locales.

Y como fin de fiesta estuvo la velada que el propio club, organizó en la Plaza de la Constitución, con el lógico permiso del consistorio, donde instaló una barra, que agotó existencias, mientras un Dj amenazaba una velada que se prolongó hasta altas horas de la noche. Y es que una temporada tan histórica tenía que tener como punto final, ese más que merecido agasajo.