El nuevo técnico rojillo posa con el presidente Fabián Cabrera.
Texto y fotografía: Francisco J. García
Una única victoria en los ocho partidos que ha disputado, ha dejado al conjunto villarrense como colista de la Primera Andaluza Senior. La situación se agravaba aún más, al comprobar cómo las cuatro comparecencias caseras del equipo se han saldado con derrota.
La situación era insostenible, con un equipo moralmente afectado y sin que se vislumbrara cualquier mínimo atisbo de reacción. Así, el pasado domingo, los aficionados rojillos mostraron su descontento, con una apatía inusual, resignados, ante la nueva debacle de los suyos.
Así que el pasado lunes se convocó una reunión de urgencia de la junta directiva, en la que se acordó la destitución del andujareño Alberto Frías como entrenador del equipo senior.
Según indica el comunicado oficial, fue “una decisión tomada, principalmente, en base al análisis de la trayectoria demostrada hasta la fecha y de la dinámica de resultados negativos cosechados por el equipo”.
Junto a Frías, también causa baja su ayudante y paisano, Paco Zamora, que como exjugador del club, se había involucrado en este proyecto.
Igualmente se indica el comunicado que “Desde el Villa del Río C.F. se quiere agradecer a José Alberto Frías Sánchez y a Francisco Zamora Lara, su trabajo e implicación durante la etapa en la que ha formado parte de nuestro club. De la misma manera, se le desean los mayores éxitos personales y profesionales en el futuro”.
Tanto el presidente del club, Fabián Cabrera, como el resto de directivos, se pusieron manos a la obra para encontrar el sustituto de Frías en el banquillo villarrense. Y aunque sonaron varios nombres como posibles candidatos, finalmente el elegido ha sido Miguel Ángel Morales Cáceres.
Este entrenador cordobés de 46 años de edad, tiene el nivel III y cumple todos los requisitos requeridos por parte de los rectores del club del Alto Guadalquivir. Es un firme conocedor del fútbol provincial ya que ha entrenado a equipos como el Bujalance, Aguilarense y Peñarroya, su último equipo y en el que fue destituido la pasada temporada.
Cuenta con experiencia en tomar las riendas de equipos en descenso y remontar hasta la permanencia. Lo hizo en la temporada 2019/2020 en el Martos C.D. de División de Honor, al que llegó tras la destitución de Rafael Ruano, cuando el equipo llevaba una victoria, un empate y seis derrotas en los ocho primeros partidos. Finalmente acabó la temporada, evitando las plazas de descenso, tras sumar 26 puntos en los 19 partidos en los que estuvo al frente del equipo. Curiosamente en la entidad marteña, coincidió con los actuales jugadores villarrenses Darío Martínez, Rafa Llamas y Dani Frías.
En División de Honor también estuvo dirigiendo al conjunto malagueño del Ronda C.D. en el que estuvo durante dos temporadas.
Además por haber trabajado en las canteras de equipos de nuestra capital como Figueroa, Don Bosco, Deportivo Córdoba y Córdoba C.F. es un amplio conocedor del mercado futbolístico, ya que desde el club, no se descarta la necesidad de la llegada de algunos refuerzos, debido a la plaga de lesiones de larga duración que está afectando a la plantilla, así como la descompensación existente en algunas de las líneas del equipo.
Llega acompañado por su segundo Álvaro Hernández, también con titulación de nivel III de entrenador, mientras que la preparación física correrá a cargo del grupo ProTraining Córdoba.
El técnico cesado, Alberto Frías, ha sido muy generoso con el club, a la hora de negociar su finiquito.
Morales y su ayudante dirigirán el próximo jueves la primera sesión preparatoria en la que marcarán las próximas directrices a la plantilla. El trabajo, la intensidad y el compromiso son innegociables para el nuevo entrenador que es consciente que el objetivo de la salvación es un reto mayúsculo, pero posible.
Se espera que Miguel Ángel Morales pueda sentarse ya en el banquillo, el próximo domingo en El Carpio, entre otras cosas porque su predecesor en el cargo, Alberto Frías, y en un gesto que le honra, ha dado las máximas facilidades posibles a la entidad, a la hora de negociar la rescisión de su contrato.