Crónica partido 13ª jornada de liga de la Primera División Andaluza.
Grupo de Córdoba.
La mejoría del equipo ya se puede constatar en esta fase de la competición.
Priego C.F. 1 Villa del Río C.F. 2
Priego- Sergio, Paco, Marín, Javi Bermúdez, Josema, Quijote, Toni, Ruano, Chechu Córdoba, Tomás y Chiqui. También jugaron: Zurita, Ignacio, Sergio Sánchez y Cayuelas.
Villa del Río- Mejicano, Álvaro, Zamora, Soto, Ángel, Cris, Barbecho, Muñoz, Mesa, Figo y Edu. También jugaron: Rubio y Luís Elena.
Árbitro- José Luís Rada Arroyo. Estuvo auxiliado en las bandas por Gutiérrez Jiménez y Medina Blanco. Amonestó a los locales Quijote, Tomás, Javi Bermúdez, Chechu Córdoba y Chiqui y a los visitantes Mejicano, Mesa, Álvaro, Cris y a su entrenador Tomás Joven.
Goles- 0-1 (min. 42) Mesa 1-1 (min. 47) Chechu Córdoba de penalti 1-2 (min. 48) Cris
Incidencias- Un centenar de espectadores se dieron cita en la Ciudad Deportiva Carlos Machado de Priego de Córdoba, en una tarde-noche muy fría.
Comentario- (Firma: Francisco J. García)
Tercera victoria consecutiva. El Villa del Río C.F. logró un meritorio y sufrido triunfo en la Ciudad Deportiva prieguense, escenario donde el titular no había perdido hasta el momento, ningún partido en la presente temporada.
Tras este resultado los villarrenses encadenan su tercer triunfo consecutivo y dejan en el olvido aquella nefasta racha que les llevó a estar seis partidos sin ganar. Como es lógico el ascenso clasificatorio del equipo es notable y actualmente ocupan la séptima plaza.
El partido suponía toda una prueba de fuego para las huestes villarrenses y no solo por la imbatibilidad casera de su rival, que pese a tratarse de un recién ascendido está realizando una muy digna campaña, llegando a ocupar las primeras posiciones en la tabla clasificatoria. Además el equipo viajaba muy mermado ya que la sanción de Agapito por acumulación de amonestaciones y la de Obregón por lesión, dejaban huérfano el eje de la defensa sin sus dos teóricos titulares.
Cris, autor del gol del triunfo, disputa un balón aéreo.
Así el técnico villarrense optó por seguir dando continuidad en el equipo inicial a Ángel, mucho más entonado física y mentalmente y reubicar al lateral Soto como un provisional central. Mientras que Zamora volvía a ocupar el carril izquierdo y Mesa recuperaba su lugar como punta de ataque, una vez superados sus problemas físicos.
El partido arranca con mucha actividad, y tanta tensión deriva que el partido estuviera muy loco en esos primeros compases. El escaso protagonismo en las áreas vino más que por ocasiones, procedente de dos jugadas para la polémica. En el área local, los villarrenses reclamaron un posible penalti sobre Mesa, que fue arrollado por dos defensores y en el área visitante, en la previa de un saque de esquina, un manotazo de Mejicano sobre Quijote, quedó en una pobre y muy discutida tarjeta amarilla. En ambas acciones Rada Arroyo estaba muy bien situado, pero ni unos ni otros acabaron satisfechos con sus decisiones y las protestas se acrecentaron con bastante intensidad.
Los minutos pasaban sin que no hubiera ninguna acción ofensiva de mérito en ambos bandos. Tan solo reseñar un remate de Chechu Córdoba desde la frontal del área (minuto 21) que Mejicano blocó con ciertos apuros.
Rada Arroyo, en la imagen con sus asistentes y los capitanes, tuvo un arbitraje muy discutido.
El partido se encaminaba al preceptivo descanso, cuando el marcador se mueve de manera inesperada. Muñoz prolonga en profundidad un balón con su cabeza y el mal entendimiento entre los dos centrales locales, permite a Mesa encontrar una autopista hacía Sergio, al que bate de tiro raso junto a la base del poste.
Tras el descanso, el Priego sale con la intención de meterle una marcha más a su juego y encuentra su premio, muy pronto, aprovechando una cierta pasividad villarrense en este retorno al envite. Un derribo de Ángel sobre Chechu Córdoba, es sancionado como penalti por el colegiado y es el propio delantero local, el que sitúa las tablas en el marcador. Mejicano adivinó la trayectoria, pero no pudo detener el esférico.
El partido previsiblemente iba a tomar otro rumbo, dada la mayor presión e insistencia de los locales. Pero una genialidad de Cris devolvió la ventaja a los villarrenses. El capitán blanco, los villarrenses vistieron con su segunda equipación por coincidencia de colores con el cuadro local, se sacó un disparo parabólico desde treinta metros que entró por la escuadra izquierda de la portería de un sorprendido Sergio.
Mesa, autor del primer gol villarrense, disputa un balón a Javi Bermúdez.
Quedaban casi cuarenta minutos de partido por delante y los villarrenses tuvieron que ponerse el mono de trabajo ante unas acometidas locales, que con el paso de los minutos se hicieron más intensas.
Mejicano estuvo muy acertado con un remate desde el punto de penalti que llevaba marchamo de gol y en el minuto sesenta y ocho, Zurita en el segundo palo no acertó a golpear correctamente el balón, perdiendo una gran ocasión.
Y es que aunque ambos equipos se fajaban defensivamente en la pelea y la disputa del balón, a la hora de hilvanar juego les costaba. Así las reiteradas imprecisiones impedían que el acoso local encontrara su premio y por parte visitante, no llegaba esa contra que pudiera darle opción de cerrar el partido.
El marcador ya no se movería gracias a la decisiva actuación de los dos porteros. Tanto Sergio como Mejicano realizaron intervenciones de mucho mérito. El meta local, en el minuto setenta y cinco repelió con acierto un doble remate a bocajarro de Barbecho. Mientras que el portero visitante repelía con el pie, el disparo seco de Ruano (minuto 84) y un remate cruzado de Chiqui (minuto 87). Unos minutos antes la parroquia local pidió penalti tras una caída de Chechu Córdoba en un salto con Soto.
El prieguense Ruano controla un balón ante la mirada de Barbecho.
Las lesiones de Mesa y Edu, que tuvieron que ser sustituidos, unido a varias acciones villarrenses de arañarle algunos segundos al crono, motivaron que el descuento aplicado por Rada Arroyo se fuera hasta los ocho minutos y medio. Lógicamente bajo un asedio continuo de los locales y unos villarrenses encerrados en su área tratando de achicar balones. El pitido final supuso todo un alivio para un Villa del Río que se llevó un triunfo tan trabajado y sufrido, como inesperado. Por parte local, la lógica resignación por una derrota, la segunda consecutiva, tras una racha precedente de cinco partidos sin perder.
Es el sino de una categoría, que en la presente temporada está más igualada que nunca y que exige la máxima concentración y esfuerzo en cada partido. De lo contrario, cualquier rival, por muy mal clasificado que esté, te puede dar un serio disgusto.
Tras estas dos salidas consecutivas, el próximo domingo, el Villa del Río C.F. retornará al Polideportivo Municipal. En esta ocasión recibirá la visita del Alcázar C.D. partido, que dará paso al lógico y preceptivo descanso navideño.